Desde el pintoresco muelle de La Azohía en Cartagena hasta la salvaje Cala Cerrada y regreso, se traza un desafío de una magnitud notable, 6 km en aguas abiertas que considerando las cambiantes condiciones del mar hacen de este reto, un logro verdaderamente impresionante.
Dentro de este escenario, el evento trasciende su propósito original y se erige como un llamado a la conciencia en torno al síndrome de Ehlers-Danlos, mientras extiende su apoyo a aquellos que se ven afectados por esta condición. No podemos más que destacar la dedicación y el esfuerzo de estos intrépidos nadadores, cuya pasión y entrega contribuyen a iluminar la realidad de Ehlers-Danlos.
Estas iniciativas poseen un valor más allá de lo tangible. Actúan como faros, arrojando luz sobre afecciones menos conocidas y generando puentes de empatía y solidaridad hacia quienes las experimentan.
La hazaña de estos nadadores de aguas abiertas, acompañados por el kayakista cuya labor esencial ha sido proveer avituallamiento, trasciende los límites del mero logro deportivo, transformándose en un acto inspirador de visibilización y de respaldo hacia las personas que padecen el síndrome y hacia sus familias.
Desde ANSEDH les damos las gracias de corazón.